Encanté dos espejismos
Cinco gramos de cianuro
Varios lirios anaranjados
Y un puñado de flamingos.
Conquisté un árbol paraguas
Y cayó sobre mí
La losa del desperdicio infame.
Arropé en mis entrañas
El andar del negro cuadrúpedo
Infringí las leyes gravitacionales
Estampé la firma de mi sueño
En el ámbar del trapecio de la muerte
Y desarrollé alergia al escorbuto.
Fingí diversión en las cantinas
Lloré pasos solitarios
Y caí del paracaídas al que estábamos ínfimamente cosidos
Derrapé los párpados estériles
En las yemas de los dedos
Morí dos veces
(Mi propio funeral me pareció divertido)
Y volví enfrentada a la maldad
De tener buenas tomas
Reflejadas en cosechas de maíz
Ante el monitor incendiado
Ante el amante perpetuo
Ante el belmoniaco eximio
Ante el Dios que camina hacia atrás y brinca al infinito
Ante la manzana prohibida, fruto bendito del vientre natura
Ante la blonda mujer con mirada fatal
Ante el cabello azul de la musa
Ante la lengua enredada en mis pupilas
Ante el salto Apolodriamente Chadesco
Ante el viejo mundo nuevo
Fluorescente
De Lightroom
Invencible.
Y volví a caer hacia arriba como la lluvia
En tus brazos destellantes
En tu sombra tridimensional
Y tu recuerdo sonoro
Ahora leo las runas
Adivino
Lo que tengo que hacer
Para no coserme a tu sombra
Y alienarme en la otra parte de la ducha
A la defensa de la foto
De donde desapareciste tú...
AxS
1 comentario:
Bueno e interesante poema, me gusta.
Saludos de Chile
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