domingo, marzo 01, 2009

Une porte





Quiero encontrarme con Dios para matarlo con una katana Hatori Hanzo.

Quiero encontrarlo y reclamarle el quererme tanto, el haberme hecho llegar hasta aquí.

Encontrarlo y reclamarle todos los que se han ido, no al inframundo, sino a otras latitudes de este mismo caliente planeta.

Pedirle que borre de este cielo mi maltrecha existencia, pero implorarle un último latido para desperdiciarlo en llanto, un último sofá en la calle para poder dormir.

Un último vuelo, una última cogida con un leve instante de placer.

Un último micrófono para gritarles a todos cuanto los odio, cuanto los amo, cuanto me duelen. El último ojo para ver un documental de ballenas en explosión y leer el periódico on line.

Un último destello fugaz para teclear este cuento, una última vergüenza para tener que peinarme.

Un último golpe para volverme más ególatra y el último complejo para decirle a Beau que lo amo.

El último coraje para asesinar (antes) a todos aquellos que amé y no me amaron. Para ser emo y sentirme tan burguesa como nunca pude. Tan cadáver como todos los que he visto en féretros o feliz como aquellos cadáveres que deambulan por las calles.

Los últimos pies para bailar sones jarochos y correr por esa cintura que tanto me enloquece.

Pero sobre todo, el último viaje sin retorno al inframundo para no pagarle a Caronte el peaje.

Nos veremos pronto, Dios y entonces temerás por mí.

1 comentario:

Francisco Méndez S. dijo...

hay que ser valiente para desafiar a Dios. Saludos